la desventura es mi dueña...
maldito, mil veces maldito
por querer a quien no se debe...
Cuando estás se detiene el tiempo
mas siguen pasando los años en la angustia,
el silencio no me deja oir
mi corazón cansado de tanto sufrir.
Ya no tengo conciencia de mis actos
y me arrojo al vacío para sumirme
en el sopor eterno de la muerte,
donde las horas no pasan en vano
porque no existe el tiempo,
donde el dolor se diluye en las sombras
porque todo es etéreo.
Eres mi agonía y lo ignoras...
ignoras que te sueño, que te extraño...
que te siento aquí conmigo cuando estás con otros,
mas no importa, es la maldición...
La sangre purificará mi espíritu
y el frenesí te llevará a la muerte...
un momento de éxtasis que nos hará uno
y tu vida se apagará en mis brazos
antes de beber de tus labios la última gota de esperanza,
podré despedirme de tu sonrisa y,
de como el brillo de tus ojos se extingue con la noche.
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